
La delgada línea entre una campaña creativa y una polémica viral es cada vez más difícil de navegar. Un ejemplo reciente es la campaña de American Eagle protagonizada por la actriz Sydney Sweeney. Lo que parecía una estrategia de marketing fresca y con causa social rápidamente se convirtió en tendencia por razones muy distintas a las planeadas.
En este artículo analizamos qué pasó, por qué se volvió viral, y qué lecciones nos deja desde el mundo del marketing y la comunicación.
¿Cuál fue la campaña?
American Eagle lanzó su colección de otoño 2025 con Sydney Sweeney como imagen principal. Bajo el lema “Sydney Sweeney has great jeans”, la campaña apostó por un juego de palabras entre “genes” y “jeans”.
El comercial mostraba a la actriz diciendo: “Los genes se transmiten de padres a hijos, mis jeans son azules”. Además, parte de las ventas de la colección estarían destinadas a la organización Crisis Text Line, enfocada en salud mental. A primera vista, parecía una campaña positiva, con rostro joven y compromiso social.
¿Por qué causó polémica?
La frase clave y la estética del anuncio rubia, ojos azules, belleza estereotípica, encendieron las alarmas de muchos usuarios en redes sociales, quienes la interpretaron como una exaltación de ideales eurocéntricos o incluso con reminiscencias de teorías de eugenesia.
Entre las críticas más relevantes:
- Asociación con ideologías peligrosas: Se interpretó como un guiño involuntario a discursos sobre “buena genética”.
- Sexualización: El tratamiento visual del anuncio fue acusado de seguir el “male gaze”, o mirada masculina tradicional en publicidad.
- Contexto político: Figuras conservadoras, como Donald Trump, elogiaron la campaña, lo que intensificó la polarización.
- Reacciones culturales: Celebridades como Doja Cat y Lizzo se sumaron a la conversación, esta última incluyendo una línea crítica en su nueva canción.
¿Cómo reaccionó la marca?
American Eagle defendió la intención original del mensaje, afirmando que se trataba simplemente de una campaña sobre confianza y estilo. Sin embargo, retiraron varios contenidos de sus plataformas y dejaron solo mensajes más neutrales como “AE has great jeans”.
A pesar del ruido mediático, la campaña obtuvo resultados impresionantes:
- Más de 50 millones de impresiones.
- Un fuerte incremento en el valor bursátil de la marca.
- Cobertura masiva en medios internacionales y redes sociales.
¿Éxito comercial o crisis reputacional?
Este caso genera una división clara, partiendo de lo positivo a lo negativo.
Se creó visibilidad global, impulso en ventas e imagen de marca y apoyo a una causa social. Sin embargo también existieron críticas por falta de sensibilidad cultural, interpretaciones de mensajes peligrosos y asociación involuntaria con discursos polémicos.
Algunos lo consideran una jugada audaz de marketing que capitalizó el debate cultural. Otros, una muestra de cómo la falta de contexto puede volver una campaña en contra de una marca.
Lecciones para marcas y creativos
Este caso ofrece aprendizajes clave:
- El contexto cultural importa. Un buen juego de palabras no siempre es suficiente.
- La estética también comunica. No es solo el mensaje verbal; el visual también influye en la percepción.
- Las redes amplifican todo. Una idea puede escalar en minutos para bien o para mal.
- Responsabilidad creativa. Las marcas deben prever cómo sus mensajes podrían ser interpretados, no sólo su intención original.
En conclusión la campaña de American Eagle con Sydney Sweeney es un ejemplo perfecto de cómo una idea aparentemente simple puede generar conversaciones profundas sobre identidad, representación y responsabilidad en la publicidad.
Como profesionales del marketing, este tipo de casos nos invitan a reflexionar:
¿Hasta dónde puede llegar la creatividad sin perder de vista el impacto social?