Costco vs. Lululemon: ¿guerra de precios o batalla de marca?

En el último capítulo del mundo del retail, Costco se ha convertido en el protagonista inesperado tras lanzar ropa deportiva con un asombroso parecido a las prendas icónicas de Lululemon, pero con un precio radicalmente más bajo. El movimiento no pasó desapercibido: Lululemon respondió con una demanda alegando copia de diseño.

Pero más allá del terreno legal, este caso abre una conversación mucho más interesante en el mundo del marketing: ¿cómo se defiende el valor de una marca premium frente a la imitación masiva?

Precio vs. Marca

Lululemon no vende solo ropa deportiva, vende un estilo de vida, un sentido de pertenencia y estatus. Sus campañas se centran en comunidad, bienestar y exclusividad. Costco, en cambio, apuesta por lo contrario: accesibilidad, practicidad y conveniencia.

Esta es la clásica lucha entre:

  • Estrategia de diferenciación premium (Lululemon)
    vs.
  • Estrategia de precio bajo y volumen (Costco).

La pregunta es: ¿cuál de estas estrategias gana en una época donde la inflación y la conciencia de gasto afectan las decisiones del consumidor?

El impacto en el mercado

Para el consumidor promedio, estas “versiones económicas” son una oportunidad de acceder a looks de tendencia sin romper el presupuesto. Para las marcas premium, se vuelve un reto constante defender el valor agregado que ofrecen más allá de lo visual.

Este caso podría sentar un precedente importante para el sector del retail y la moda deportiva, donde cada vez más marcas buscan capturar a un público aspiracional sin comprometer su margen de rentabilidad.

El riesgo de la “comoditización” del diseño

Cuando un diseño exitoso se vuelve tan replicable que hasta los supermercados lo ofrecen, las marcas premium enfrentan un riesgo clave: la comoditización. Lo que antes era un símbolo de estatus se vuelve “común”, y el diseño deja de ser un diferenciador. En marketing, esto puede provocar una erosión del valor percibido, afectando la disposición del cliente a pagar precios elevados. Lululemon, y cualquier marca premium, debe preguntarse: ¿cómo blindar su esencia frente a la democratización del diseño? La respuesta podría estar en reforzar las experiencias, la comunidad y los valores intangibles, más que en el simple producto.

¿Realmente la gente compra “marca” o “valor percibido”?

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